Monday, October 09, 2006

BARCELONA

Ya estoy casi instalada en Barcelona. Llegué hace cuatro días y tengo pieza arrendada por un mes mientras encuentro algo un poco más definitivo.

Hoy hice algunos trámites como abrir mi cuenta, comprar celular. Me queda el empadronamiento y con eso ya puedo empezar a buscar alguna pega.

Mis clases empiezan el 16, así que por ahora me dedico a pasear por la ciudad, que tiene un clima tan húmedo como Panamá. Tanto que dormí una siesta y soñé que estaba en Ciudad de Panamá comprando unos chocolates para Tamila.

Para pasear por la ciudad me sirven mis 15 años de hija única. Camino sola y paro a tomar un café o a fumar un cigarros en cualquier parte. Ayer fui a la playa a dormir un rato y a releer Papeles Salvajes de Marossa Di Giorgio. Mi libro de almohada que me hace sentir la ciudad o a mi misma más familiar. Porque aquí estoy sola con mi libro de Marossa, el Genji Monogatari (que no puedo llevar a la playa), una historia de Asia, para no llegar tan colgada el lunes, y nada más. También algunas cartas de antes de partir, un par de fotos y una tarjeta que me escribió Enrique hace muchos años.

No he querido mirar las fotos de la despedida porque creo que se me caerían las lágrimas y el aire ya está lo suficientemente húmedo.

Lo pasé tan bien las semanas antes de venirme, que me cuesta un poco estar acá. Pero bueno, estar acá casi no era una elección. Mis estudios asiáticos. A veces no quisiera haber agarrado nunca de la biblioteca de Enrique ese libro de Mishima. Se debe estar riendo en alguna parte, porque han pasado diez años y por culpa de ese libro vendí lo que no tenia para ir a Tokio y ahora estoy en una ciudad donde nunca pensé estar. Me acuerdo perfecto que lo leí cuando tenía 19 años. Y no pude dejar de pensar en esa belleza tan cruda, imperfecta. Aún hoy. La fiebre asiática que me pegué a los 19 años, como dicen mis amiguis.

Y no hay más que eso, con eso uno se sube al avión y con eso sigue.

Y claro que la cabeza se me va, vuelve a Chile, a ciertos departamentos y calles que por un minuto habría habitado para siempre.

Pero acá estoy, y es eso.

4 comments:

Xime said...

hola amigui

es bueno rehacerce de vez en cuando, en un comienzo es mas dificil pero acuerdate de tus motivaciones que te apasionan

María José Ferrada said...

Xime:

Te extraño mucho!!!!!
Parece que escribi esto con algo de pena, pero ahora estoy bien.
Mientras escribo estoy comiendo unos panes con chocolate chiquititos. mmmm.

sole poirot said...

mariahermosiña
te noto triste, pero como tambien he vivido y vivo esa distanca sé que es como dejarse caer lentamente, sentir una especie de vértigo, mirar atrás y anudar la nostalgia y sin mas, uno pestañea y vuelve a vivir aqui y ahora, esta ciudad húmeda y silenciosa, con sus calles divertidas y misteriosas, con sus chanchadas con chocolate y con su rostro de mil lenguas. yo estoy cerca y también sufro saudade todos los días....¡y de eso hace ya 4 años! uf!:
besos y besos

Anonymous said...

Hola Xime

¿dónde conseguiste tu libro de marossa? yo vivo en alemania pero en madrid anduve de arriba pa'bajo en librerías y nadie la conocía... (soy mexicano). Quisiera tener un libro suyo.

korenyi arroba hotmail punto com