En el almuerzo donde Watanabe San: Natsuko San.
Extranjeros que almuerzan solos, con mapas en la mano y mi costumbre de contarle mi vida a cualquiera. Pues bien: me contó que había viajado por toda Latinoamérica, que la próxima semana iría a una isla.
Su español, casi. Definitivamente mi japonés: ni siquiera.
Dejé el trabajo para mañana. Paser con extraños como quien va con un pariente o conocido del barrio.
Su escritor: Murakami. El mío: que se yo, estaba desconcentrada, no se me ocurrió ninguno.
El sábado iremos al a la celebración del Hanami. También va Flavia que prometió ponerse un vestido. En honor a la flor, a los exilios mentales, al noveno día de la primavera.
Thursday, September 29, 2005
Sunday, September 25, 2005
Perfume Primaveral
(la idea de Flavia)
Si, es cierto. Durante el último invierno nos habíamos partido la cabeza con la poeta vietnamita. Y tantos otros.
La conclusión: ya estaba bueno. Mejor: un perfume primaveral: nuestro querido reading out.
Las posibilidades de la re lectura. Fiesta de primavera a la que ir descalzas.
Primera cita re lectura y perfume: martes 27.
(la idea de Flavia)
Si, es cierto. Durante el último invierno nos habíamos partido la cabeza con la poeta vietnamita. Y tantos otros.
La conclusión: ya estaba bueno. Mejor: un perfume primaveral: nuestro querido reading out.
Las posibilidades de la re lectura. Fiesta de primavera a la que ir descalzas.
Primera cita re lectura y perfume: martes 27.
Este fin de semana: limpié la casa.
Guardamos tantas cosas Sara. Cartas, teléfonos, regalos, direcciones.
La acumulación? el arte más bello (Armand, sus violines) o una tremenda torpeza. Sí, este orden debería haberlo hecho hace meses.
Pero que importa, como hablé esta tarde con Flavia, estamos en primavera. Y claro, siempre concuerdo con Flavia: templanzas como aquella necesitan de un espacio vacío.
El resto de la tarde: abrí ventanas, miré el cerezo de la vereda del frente. Lo he visto tantas veces dar flores. Nunca frutos. Y para qué si lo que buscábamos nunca fue otra cosa que la flor. Su estela roja. El dominio que ejerce sobre la mente y la tarde.
Guardamos tantas cosas Sara. Cartas, teléfonos, regalos, direcciones.
La acumulación? el arte más bello (Armand, sus violines) o una tremenda torpeza. Sí, este orden debería haberlo hecho hace meses.
Pero que importa, como hablé esta tarde con Flavia, estamos en primavera. Y claro, siempre concuerdo con Flavia: templanzas como aquella necesitan de un espacio vacío.
El resto de la tarde: abrí ventanas, miré el cerezo de la vereda del frente. Lo he visto tantas veces dar flores. Nunca frutos. Y para qué si lo que buscábamos nunca fue otra cosa que la flor. Su estela roja. El dominio que ejerce sobre la mente y la tarde.
Monday, September 19, 2005
¿Fran? No se en que anda Fran
¿Sara? Se va a Lisboa
¿Clara Eloisa? No se decide entre este o el otro lado de la cordillera
¿La niña Gato? Enamorada de Leo
¿El vaquero? En su órbita particular
¿La actriz? En su órbita demasiado particular
¿Marcos? Toma el avión el próximo domingo
¿Watanabe San? Con pésimo y bien disimulado genio
¿Manuel? Armando cajas con mirillas.
Entonces la primavera: que se yo Fran, (hablo sola, Fran no contesta el teléfono)
Me imagino que igual que la primavera pasada. Si al final estuvo divertida. Tomamos té y leímos a Marossa tantos días que al final empezamos a tener miedo de las flores del jarrón, de los gatos.
¿Para ti Fran? La primavera entera, nuestros crisantemos.
¿Y los otros?
Los otros: bichos raros: luciérnagas.
Yo mientras tanto me levanto temprano los sábados y me instalo en el café con mis papeles, dibujo mapas de Kyoto, armo, desarmo, fumo, saco cuentas. Claro, como cuando era niña y bailaba ballet. Los ensayos para la presentación de fin de año. Una vez no pude moverme, se me olvidaron los pasos y me quedé en blanco. Recuerdo la cara de Cecilia, sus ojos de sargento.
Y nada, que extrañaremos a Sara. Tomaremos helado de té, veremos a Kurosawa. Escribiremos cartas.
¿Sara? Se va a Lisboa
¿Clara Eloisa? No se decide entre este o el otro lado de la cordillera
¿La niña Gato? Enamorada de Leo
¿El vaquero? En su órbita particular
¿La actriz? En su órbita demasiado particular
¿Marcos? Toma el avión el próximo domingo
¿Watanabe San? Con pésimo y bien disimulado genio
¿Manuel? Armando cajas con mirillas.
Entonces la primavera: que se yo Fran, (hablo sola, Fran no contesta el teléfono)
Me imagino que igual que la primavera pasada. Si al final estuvo divertida. Tomamos té y leímos a Marossa tantos días que al final empezamos a tener miedo de las flores del jarrón, de los gatos.
¿Para ti Fran? La primavera entera, nuestros crisantemos.
¿Y los otros?
Los otros: bichos raros: luciérnagas.
Yo mientras tanto me levanto temprano los sábados y me instalo en el café con mis papeles, dibujo mapas de Kyoto, armo, desarmo, fumo, saco cuentas. Claro, como cuando era niña y bailaba ballet. Los ensayos para la presentación de fin de año. Una vez no pude moverme, se me olvidaron los pasos y me quedé en blanco. Recuerdo la cara de Cecilia, sus ojos de sargento.
Y nada, que extrañaremos a Sara. Tomaremos helado de té, veremos a Kurosawa. Escribiremos cartas.
Wednesday, September 14, 2005
Sara!!!!! ya tengo una historia para el libro de los niños raros:
Antonia en lugar de cabello tenía flores por eso algunas personas pensaban que en vez de un niña era un macetero.
Esta confusión no le molestaba porque sabía que cuando florecía su cabeza era realmente hermosa.
Su extraño cabello cambiada según su estado de ánimo. Si estaba pensativa le salían margaritas. Si le daba risa, bugambilias. Si estaba triste, calas.
Pero había días especiales, en que Antonia se reía, pensaba, soñaba y suspiraba al mismo tiempo.
Esos días su cabeza se llenaba de flores diversas: lirios, margaritas, bugambilias, crisantemos, calas y magnolias.
Parecía una primavera, todo en la cabeza de Antonia.
Antonia en lugar de cabello tenía flores por eso algunas personas pensaban que en vez de un niña era un macetero.
Esta confusión no le molestaba porque sabía que cuando florecía su cabeza era realmente hermosa.
Su extraño cabello cambiada según su estado de ánimo. Si estaba pensativa le salían margaritas. Si le daba risa, bugambilias. Si estaba triste, calas.
Pero había días especiales, en que Antonia se reía, pensaba, soñaba y suspiraba al mismo tiempo.
Esos días su cabeza se llenaba de flores diversas: lirios, margaritas, bugambilias, crisantemos, calas y magnolias.
Parecía una primavera, todo en la cabeza de Antonia.
Tuesday, September 13, 2005
Akira Kurosawa: autobiografía. Sí, pensaba justamente en eso. Los sueños. La fortaleza escondida. Te acuerdas como nos reímos ese día en el cine. La película era tan vieja que el rollo se quemó en la mitad. Tuvimos que irnos. De vuelta a la casa le compramos cigarros mentolados a un vendedor ambulante.
Y entonces Kurosawa: “Puede que sea el poder de la memoria el que alienta el poder de la imaginación”.
¿Tú crees Fran?
Entonces la memoria (en notas):
-El vendedor de nalca
-El afilador de cuchillos
-El timbre de la bicicleta
-La sirena del medio día
(Los platos rotos)
(Los vidrios rotos)
(No escuches nada)
-La bocina del vendedor de helados
-El chirrido de los patines en la vereda
-El silbido de Andrés
-Los vendedores de mora
Y entonces Kurosawa: “Puede que sea el poder de la memoria el que alienta el poder de la imaginación”.
¿Tú crees Fran?
Entonces la memoria (en notas):
-El vendedor de nalca
-El afilador de cuchillos
-El timbre de la bicicleta
-La sirena del medio día
(Los platos rotos)
(Los vidrios rotos)
(No escuches nada)
-La bocina del vendedor de helados
-El chirrido de los patines en la vereda
-El silbido de Andrés
-Los vendedores de mora
Friday, September 09, 2005
Entonces imagínate Sara: piensas pero en lugar de palabras, de dibujos: notas.
El problema: no entiendo la música clásica.
En esta parte Sara desaparece. Aparece mi padre y dice: ese es el problema querida: tratar de entender absolutamente todo.
Sabes Sara, cuando era niña soñaba con ser astrónoma. Con que ahí estaba la explicación lógica. Te das cuenta de cómo llueve. Y estamos en septiembre. De nuevo me quedé sin cigarros. Sí, astrónoma, claro. Soñaba con entender las COSAS. Con un LENGUAJE. Ni palabras ni dibujos.
Y ahora… que se yo, crecí, me puse práctica. Me aburrió el tema.
¿MÚSICA CLÁSICA?
Y después en el café Francisco y yo. El chico de nombre vasco. Que pasó por la ventana. De la mano de su novia. Fran me miró, se rió y cambió de tema. Me habló de la voluntad de la naturaleza, de ciertos crisantemos que crecen en una zona de Japón. Sólo en invierno.
El problema: no entiendo la música clásica.
En esta parte Sara desaparece. Aparece mi padre y dice: ese es el problema querida: tratar de entender absolutamente todo.
Sabes Sara, cuando era niña soñaba con ser astrónoma. Con que ahí estaba la explicación lógica. Te das cuenta de cómo llueve. Y estamos en septiembre. De nuevo me quedé sin cigarros. Sí, astrónoma, claro. Soñaba con entender las COSAS. Con un LENGUAJE. Ni palabras ni dibujos.
Y ahora… que se yo, crecí, me puse práctica. Me aburrió el tema.
¿MÚSICA CLÁSICA?
Y después en el café Francisco y yo. El chico de nombre vasco. Que pasó por la ventana. De la mano de su novia. Fran me miró, se rió y cambió de tema. Me habló de la voluntad de la naturaleza, de ciertos crisantemos que crecen en una zona de Japón. Sólo en invierno.
Saturday, September 03, 2005
Hoy: almuerzo donde Watanabe San.
Comí tannem. Me dijo que le había gustado el pequeño libro. Que tenía que comer con más educación ¿?. Hablamos de dibujos animados. Dijo que a sus 60 años, Chin Shan le parecía educativo¿?.
Que seguramente me gustaría el kabuki.
Que su padre y madre habían muerto.
Que sabía poco y nada de su hermano menor.
Su español. A medias. Mi japonés. Menos que a medias.
El problema de la traducción. Sonidos tonales para una garganta y oídos. ¿MONOLINGÜES?
Comí tannem. Me dijo que le había gustado el pequeño libro. Que tenía que comer con más educación ¿?. Hablamos de dibujos animados. Dijo que a sus 60 años, Chin Shan le parecía educativo¿?.
Que seguramente me gustaría el kabuki.
Que su padre y madre habían muerto.
Que sabía poco y nada de su hermano menor.
Su español. A medias. Mi japonés. Menos que a medias.
El problema de la traducción. Sonidos tonales para una garganta y oídos. ¿MONOLINGÜES?
Friday, September 02, 2005
In Memoriam:
Como mirar sin temer a las enredaderas
su definitiva costumbre de abrazar el muro.
Así los amantes que lentamente reaparecen en el lienzo. Así la eterna disputa por la huella.
El miedo a la partida repentina y su producto: un espacio igual pero vacío. El jardín que, sabíamos, quedaría a oscuras a pesar del sol, si no hubiera en él cuerpo alguno donde reflejar la luz.
Pero entonces, tal vez esas plantas no buscaban el muro sino una sombra anterior y más oscura, que otra cosa que el vacío del jardín, ni reclamo ni elogio de la ausencia. Tal vez incluso los amantes dejaban de buscarse: reflejo lo que antes fue tu cuerpo y una sombra:
anterior y más oscura.
Como mirar sin temer a las enredaderas
su definitiva costumbre de abrazar el muro.
Así los amantes que lentamente reaparecen en el lienzo. Así la eterna disputa por la huella.
El miedo a la partida repentina y su producto: un espacio igual pero vacío. El jardín que, sabíamos, quedaría a oscuras a pesar del sol, si no hubiera en él cuerpo alguno donde reflejar la luz.
Pero entonces, tal vez esas plantas no buscaban el muro sino una sombra anterior y más oscura, que otra cosa que el vacío del jardín, ni reclamo ni elogio de la ausencia. Tal vez incluso los amantes dejaban de buscarse: reflejo lo que antes fue tu cuerpo y una sombra:
anterior y más oscura.
Thursday, September 01, 2005
Sara, Clara Eloísa, la Niña Gato y yo.
Primero: Lanzamiento del concurso de cuentos. Un barco feo. Unos actores medio tiesos. Después, en el cóctel. La Niña Gató, gritó: ostión!!!!.
En el primer bar: cada una imaginó su cartera llena de millones.
Sara: Tomo la bendita maleta y me largo a Lisboa.
Niña Gato: Una tremenda fiesta.
Clara Eloísa: Libros
Yo: Compro una mochila, me voy a un puerto.
En el segundo bar:
Clara Eloísa pidió un trago con burbujas, se hipnotizó, discutió con un mesero. Se rió, pero luego le vino una tremenda tristeza. Tuvimos que salir a la calle. Tomar un taxi. No decir nada. Prometer que la próxima vez tomaríamos té.
Primero: Lanzamiento del concurso de cuentos. Un barco feo. Unos actores medio tiesos. Después, en el cóctel. La Niña Gató, gritó: ostión!!!!.
En el primer bar: cada una imaginó su cartera llena de millones.
Sara: Tomo la bendita maleta y me largo a Lisboa.
Niña Gato: Una tremenda fiesta.
Clara Eloísa: Libros
Yo: Compro una mochila, me voy a un puerto.
En el segundo bar:
Clara Eloísa pidió un trago con burbujas, se hipnotizó, discutió con un mesero. Se rió, pero luego le vino una tremenda tristeza. Tuvimos que salir a la calle. Tomar un taxi. No decir nada. Prometer que la próxima vez tomaríamos té.
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