Si estaba pensativa le salían margaritas.
Si le daba risa, bugambilias.
Si estaba triste, calas.
Pero había días especiales, en que Antonia se reía, pensaba, soñaba y suspiraba a la vez.
Esos días su cabeza se llenaba de lirios, margaritas, bugambilias, crisantemos, calas y magnolias al mismo tiempo.
Parecía una primavera, todo en la cabeza de Antonia.