Wednesday, November 16, 2005

Entonces Francisco imagina: un teatro de variedades pero oscuro.
Nuestro personaje: María Alas. Vasos, cucharas, unas cajas.
Lo hicimos de restos ( a propósito, te enteraste de la noticia!!!!) Restos que había en la casa de Clara.
Mientras tomábamos una cerveza y hablábamos de objetos de uso diario como tesoros, me acordé de Enrique. Sus funciones de cine. Yo tenía cuatro o cinco años y entonces él y mi padre proyectaban películas. Para mi sola. El castillo de arena.
Arena y un poco de viento. Salía un pie, luego una mano, una pequeña persona de arena y luego otra. Hacían una pequeña casa, animales, una cuidad. Y de nuevo el viento, que lentamente deshacía todo.
Era un corto, duraba seis o siete minutos.

2 comments:

Chepita Monroe said...

me gustan las sombras, me gusta tener sombra. Es como que en mi sombra confirmo mi existencia fisica...y eso me agrada. Y las sombras de las cosas son como lo que no se ve de ellas salvo por cosas magicas como la luz. Te extrano amiga china. Encontre una tiendita de cosas japonesas tan linda que no pude menos que pensar en ti. Te quiero a ti y a tu sombra.

Fernanda said...

ya pó, escribe...